La
Masonería es una Hermandad de hombres libres y de buenas costumbres. Ésto, que
dicho así puede parecer pomposo o algo abstracto, se explica muy sencillamente.
Libres, porque no aceptamos atadura a dogma ninguno; somos librepensadores que
aspiramos a la verdad, en una búsqueda permanente, propia de nuestra finitud; y
nos embelesa la belleza en la Creación. De buenas costumbres, porque, sin
pretender hombres perfectos, exigimos de cada hermano los niveles de ética y
moral propios de la sociedad contemporánea, y una disposición espontánea para
el perfeccionamiento.
Fue
nuestra Hermandad la que levantó los valores de Libertad, Igualdad y
Fraternidad como banderas que, en la Revolución francesa primero, y en la
emancipación americana después, trocaron la posición del Hombre en el Universo,
reconociendo que en cada persona se encuentran un ser digno del mayor respeto y
consideración, por su sola condición humana.
La
Orden Masónica se constituye y presenta en la Argentina como una asociación
civil sin fines de lucro, con estatuto y reglamentos ajustados al Derecho
nacional. Es una institución iniciática,
filosófica, educativa, benéfica y filantrópica; autónoma, pues no reconoce
dependencia de ningún poder u organización extranjera o internacional, con
presencia en todo el territorio nacional y con participación desde los albores
de nuestra historia patria.
La
Masonería se introduce en territorio americano por medio de criollos que
estudiaron o se formaron militarmente en Europa para retornar al Nuevo
Continente; y también por viajeros, comerciantes, militares, intelectuales
procedentes de Inglaterra, España, Francia y Portugal, que difundieron los
valores de la Orden en el Nuevo Mundo.
En
Buenos Aires, las primeras noticias de la hermandad se remontan a fines del
siglo XVIII. La primera logia en territorio argentino fue la "Logia
Independencia", con protocolos de autorización otorgados por la Gran Logia
General Escocesa de Francia. Dicha autorización data aproximadamente de 1795 y
su sola denominación acusaba en sus integrantes una concepción autonomista para
las tierras americanas.
En
Salta, la Masonería debió tener presencia temprana cuando evaluamos la acción
desarrollada en la región por hombres como Manuel Belgrano y José de Moldes, por
ejemplo; a lo que con el tiempo se sumará la gran cantidad de inmigrantes europeos
que llegan a estos lares debido a la expansión del Ferrocarril Central Norte,
por lo que se constituyen logias en localidades como General Güemes y Salta.
Desde
luego, existe en el tema masónico una enorme dificultad para lograr documentos
y pruebas fehacientes. Esto es por la propia naturaleza de las sociedades
cerradas o secretas, a lo que se suman las políticas represivas de particular
violencia que se han empleado en su contra, al constituirse en baluarte de la
revolución democrático-burguesa contra el absolutismo.
Durante muchos años las logias no extendieron actas de sus tenidas, ni firmaron siquiera expedientes de iniciación, se hacia indispensable no dejar rastros de sus actos. ¿Cómo, sin existir archivos narrar las vicisitudes de la Orden? Más hacedero, si bien no del todo fácil, es historiar sus manifestaciones externas, sus actos públicos, es decir, sus trabajos intentados o cumplidos en el mundo profano".
Durante muchos años las logias no extendieron actas de sus tenidas, ni firmaron siquiera expedientes de iniciación, se hacia indispensable no dejar rastros de sus actos. ¿Cómo, sin existir archivos narrar las vicisitudes de la Orden? Más hacedero, si bien no del todo fácil, es historiar sus manifestaciones externas, sus actos públicos, es decir, sus trabajos intentados o cumplidos en el mundo profano".