domingo, 5 de marzo de 2017

Simbología en la Arquitectura Sacra

La Masonería se organiza y estructura sobre el gremio de los iniciados en el Arte Real de la Construcción. Los símbolos y alegorías de aquella cofradía de los constructores de las catedrales medievales fueron y son útiles para ejemplificar y transmitir el conocimiento aquilatado durante siglos. La Orden hace uso del sincretismo.
Esto explica porque muchos símbolos que utiliza la Hermandad masónica aparecen en grandes construcciones, esparcidas por todo el Orbe. No es ésta un exposición exhaustiva; pretendemos simplemente señalar esta peculiaridad que es útil para encontrar coincidencias entre instituciones que, no obstante un aparente antagonismo sustancial, muestran al hombre siempre en búsqueda de verdad y belleza.
Recordemos que el estilo gótico (goético: mágico), se desarrolló en Europa desde finales del siglo XII hasta el Renacimiento (últimos siglos de la Edad Media), y se manifestó principalmente en la arquitectura, con el arco apuntado, la bóveda de crucería y los pináculos. En las grandes catedrales, la altura y la luz eran un reconocimiento a la grandeza de Dios y, al mismo tiempo, la capacidad de sus hijos.
Son muchos los símbolos que se reproducen en grandes catedrales y mas modestas iglesias, que a cualquier observadores desprevenido puede asombrar.

DEMONIOS CUSTODIOS: Puede sorprender que muchos templos cristianos –al igual que tantos otros de culturas y religiones orientales-, estén protegidos por imágenes demoníacas. ¿Quienes mejor que los ángeles caídos para proteger el paso de los enemigos de Dios?. Las famosísimas gárgolas de Notre Dame, o el demonio Asmodeo sosteniendo la pila de agua bendita en la iglesia de Rennes le Château, o las figuras satánicas en las jambas de la puerta occidental de la Catedral de Ávila (Posiblemente Gog y Magog), intimidando al visitante. Unos pocos ejemplos de las muchas expresiones que podemos buscar en los recintos sagrados.

¿ SOFÍA EN NOTRE DAME ?: En la Catedral de Notre Dame, a la entrada, de cara a la plaza, la imagen  de  una  mujer  cuya  frente  toca  las  nubes. Sentada  en  un  trono,  con un cetro -símbolo de soberanía-, en su mano izquierda; mientras que en la derecha lleva dos libros, uno abierto (conocimiento público, exotérico), y otro cerrado (conocimiento esotérico, hermético, reservado a los iniciados). Sobre su pecho una escalera de nueve peldaños, la paciencia que deben tener sus fieles en el curso de las nueve operaciones sucesivas de la labor hermética. Se trata de la Alquimia, la transmutación de la materia en espíritu, en la búsqueda del reencuentro con la luz.

EL VIEJO ALQUIMISTA: También en Notre Dame, ascendiendo por la escalera caracol, al llegar cerca del eje medial, en el ángulo entrante de la torre septentrional, nos encontramos con un viejo alquimista, en piedra, cubierto con un gorro frigio. En los misterios de Eleusis se le preguntaba a quien sería iniciado si se sentía con la fuerza, voluntad y la abnegación necesarias para intervenir en la Gran Obra, si persistía en el esfuerzo, le ponían un gorro rojo sobre la cabeza indicándosele; “Cúbrete con este gorro, que vale más que una corona real”. Esta especie de sombrero, llamada liberia, era propio de los esclavos liberados –libertos-. Sería luego el gorro frigio, símbolo del librepensador, de la Libertad que prescinde de todo dogma y se guía sólo por la razón.

EL OJO QUE TODO LO VE: Ya en el Rigveda (himnos de la cultura hindú,  que datarían del 1500 al 1200 a C., de tradición oral primero, luego escrito en sánscrito), encontramos referencias al sol y a otras deidades, como ser un ojo en el cielo, un ojo que revela la creación, o un ojo que nunca se cierra. Un símbolo de un alto nivel de conciencia despierta, que los seres espirituales avanzados tienen, y que una persona común puede potencialmente alcanzar.  El dios hindú Shiva tiene tres ojos, el tercero, de la frente, se conoce como el ojo de Shiva, poseedor de todo el conocimiento, que cuando se abre destruye todo lo que ve, el conocimiento que destruye el mal y la ignorancia. En el antiguo Egipto encontramos el Ojo de Osiris, también el de Horus y el de Ra, símbolos de protección, sanidad y restauración. Ya en el Medio oriente nos encontramos con el símbolo de un ojo en la palma de una mano, normalmente la mano derecha;  símbolo de protección contra el mal de ojo (la mala suerte provocada por los celos o envidias de los demás), y el peligro en general, y puede verse como un amuleto de la buena suerte en ese sentido. En Grecia y Turquía aparece el "Nazar", un sólo ojo, sin la mano, pero se utiliza de la misma manera y tiene el mismo significado que la Hamsa judía, es decir, para alejar el mal de ojo, en forma de amuletos o adornos colgantes, usualmente hechas de vidrio azul. En el cristianismo, el ojo que todo lo ve o "El Ojo de la Providencia" o "El Ojo de Dios" se ha utilizado como un símbolo por lo menos desde el siglo XVI. El ojo está el interior de un triángulo, y rodeado de rayos de luz, con el triángulo representando la Santísima Trinidad y el entero símbolo significando la omnipresencia de Dios y el ojo que todo lo ve observando la creación.

EL ROSETON: El propio vidrio no solo transforma la luz exterior blanca en mil colores, sino que ha sufrido en su materia la propia transformación alquímica a través del fuego, que le ha dado su color. Es el símbolo alquímico del tiempo necesario para la cocción de la materia filosofal y también de la propia cocción. El rosetón representa pues la acción del fuego y su duración. Por eso los artífices trataron de reflejar en sus rosetones los movimientos de la materia.




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