domingo, 5 de marzo de 2017

Contribuyendo al Arte de la Ciudad


En adhesión al Bicentenario de la Batalla de Salta, el 20 de febrero de 2.013 la Augusta y Respetable Logia “General Belgrano” Nº 250 concretó un aporte a nuestra Ciudad y sus expresiones artísticas.
En calle San Juan al 860 se inauguró un mural alusivo, obra del joven y ya conocido artista Juan Pablo ZARRA.
El mural, lleno de simbología, tiene al general Manuel Belgrano como figura central. En la mano derecha el prócer porta una espada flamígera,  en tanto en la izquierda una lanza con la que rompe una primer cadena que está identificada con la Corona española. Por delante quedan aún por quebrar tres cadenas, la de los dogmas que atan a la razón humana, la de los procesos dictatoriales, y la del imperialismo; es la labor que nos queda a los herederos de nuestros prohombres de la gesta independentista.
Por encima y por detrás de Belgrano asoma el “ojo que todo lo ve”, símbolo de la omnisciencia divina, muy atinada alegoría si recordamos las profundas convicciones cristianas del General.
Detrás de Belgrano, flanqueándolo, las figuras de un gaucho y de un exponente de las naciones originarias. De ambos sectores se nutrieron los ejércitos patrios, entre ellos los comandados por Belgrano, primero en la “Expedición al Paraguay” (1810-1811), y luego las sucesivas campañas al Alto Perú (1812-1813 / 1816-1819).  Tengamos presente el nivel intelectual y moral de Belgrano, quien imaginó siempre una muy grande Nación, progresista e inclusiva; baste para ello recordar el Reglamento que dicta para los Treinta Pueblos de las Misiones Jesuíticas un 30 de diciembre de 1810 (no bien iniciada la Revolución, documento incluido por Juan Bautista Alberdi en sus “Bases”), y su propuesta al Congreso Constituyente de una “monarquía temperada”, reinstalando la Casa de los Incas, y con sede en Cuzco. Ésta estrategia política permitiría consolidar una gran nación, unida bajo una autoridad  con legitimidad legal e histórica, y poder sumar a la causa emancipadora –militar-, a bastos sectores de orígenes precolombinos.
Sobre el horizonte pueden adivinarse perfiles oscuros,  figuras anónimas; es el pueblo en armas empeñado en la lucha libertaria que posibilitó que heredásemos  una Nación en la cual la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad son, desde entonces, presente y futuro.

Al fondo, sobre montañas y ríos de llanuras, ondean los pabellones albiceleste y wiphala, bandera de las naciones andinas, como eficiente recuerdo del mutuo compromiso entre Belgrano y las naciones originarias en Tierras de las Provincias Unidas . 

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