Monumento a la Masonería Universal

En la segunda rotonda de la Avenida Reyes Católicos, el sábado 19 de diciembre de 2015, las Logias del Valle de Salta,

Nombres que enorgullecen a la Masonería Argentina

La Masonería Argentina tiene el orgullo de haber contado en sus filas a hombres que participaron en la construcción de una Nación progresista,

Contribuyendo al Arte de la Ciudad

En adhesión al Bicentenario de la Batalla de Salta, el 20 de febrero de 2.013 la Augusta y Respetable Logia “General Belgrano”...

Simbología en la Arquitectura Sacra

La Masonería se organiza y estructura sobre el gremio de los iniciados en el Arte Real de la Construcción...

Tiempo de Cuaresma

La Orden masónica impulsa el uso de la razón para buscar la Verdad y la Belleza...

domingo, 26 de febrero de 2017

Monumento a la Masonería Universal

En la segunda rotonda de la Avenida Reyes Católicos, el sábado 19 de diciembre de 2015, las Logias del Valle de Salta, “General Belgrano” Nº 250, “América Sin Fronteras” Nº 464, “Joaquín Castellanos” Nº 483, “General San Martín” Nº 57, y Operativa “Obreros del Templo del Valle de Salta” Nº 574, inauguraron un Monumento a la Masonería Universal.
El monumento es un sencillo monolito blanco, en cuyas caras se inscriben las palabras “Libertad”, “Igualdad” y “Fraternidad”, principios que levantó como banderas la Orden Masónica, y que quedaron consagradas en 1789 en la Revolución Francesa; a partir de allí se propaló por todo el Orbe, y sintetizan la filosofía de la Hermandad.
Sobre el frente superior, se colocaron los símbolos mas conocidos de la Masonería, una escuadra, un compás y la Letra “G”; señalando la rectitud que se debe mantener siempre en el obrar, el conocer los límites dentro de los cuales debemos manejarnos en la vida para no afectar jamás a nuestros semejantes, y la perpetua invocación al Gran Arquitecto del Universo, principio y causa de todas las cosas, del Universo todo.
La Orden Masónica vio fortalecidas sus huestes con hombres de la talla de Francois Voltaire, Francisco de Miranda, George Washington, Simón Bolívar, José Martí, Benito Juárez, Winston Churchill, Franklin Roosevelt, Rubén Darío, Mario Alfonso Moreno Reyes (Cantinflas), Gabriela Mistral, Joseph Rudyard Kipling, Salvador Allende, Johann Goethe, y Edwin Aldrin.
En los cuadros de la masonería argentina brillan nombres como los de José de San Martín, Manuel Belgrano, Domingo Faustino Sarmiento, Bernardo de Monteagudo, Mariano Moreno, e Hipólito Yrigoyen. En nuestra Salta hombres como José de Moldes, Joaquín Castellanos, Carlos Xamena y Ceferino Velarde.
De este modo la Masonería salteña exterioriza su presencia en Salta, la que se verifica desde los albores de nuestra Patria argentina.

También puede observarse una placa de la Masonería ubicada en la Plaza General Manuel Belgrano de Salta, a pocos metros delante de la estatua del Insigne Prócer; otra en el Parque San Martín, pocos metros antes del Monumento ecuestre; y otra colocada en la misma Posta de Yatasto.



Masones en las LETRAS ARGENTINAS

Son mucho los Hermanos masones que han contribuido, desde las letras, a la cultura nacional. En homenaje a todos, una selección de obras de algunos de ellos.


Esteban ECHEVERRÍA (Buenos Aires, Virreinato del Río de la Plata, 2 de septiembre de 1805 - Montevideo, Uruguay, 19 de enero de 1851) fue el escritor y poeta que introdujo el romanticismo a nuestro país.



La ausencia
Fuese el hechizo
del alma mía,
y mi alegría
se fue también:
en un instante
todo he perdido,
¿dónde te has ido
mi amado bien?

Cubrióse todo
de oscuro velo,
el bello cielo,
que me alumbró;
y el astro hermoso
de mi destino,
en su camino
se oscureció.

Perdió su hechizo
la melodía,
que apetecía
mi corazón.
Fúnebre canto
sólo serena
la esquiva pena
de mi pasión.

Doquiera llevo
mis tristes ojos,
hallo despojos
del dulce amor;
doquier vestigios
de fugaz gloria,
cuya memoria
me da dolor.

Vuelve a mis brazos
querido dueño,
sol halagüeño
me alumbrará;
vuelve tu vista,
que todo alegra,
mi noche negra disipará.

José MÁRMOL  (Buenos Aires, 2 de diciembre de 1817 – íd., agosto de 1871) Poeta, narrador, periodista y político argentino perteneciente al romanticismo.
Esquicio del vuelo 

Voy a dibujar un pájaro que es su mismo vuelo,
 y un vuelo que aún no tiene pájaro.
Vuelo que se crea con su pájaro,
pájaro agotado en los tonos de su vuelo.
No voy a dibujar un pájaro volando,
 sino al mismo vuelo dibujándose.
Y en mi turno de sentirme dios,
voy a crear un himno para el viento y la memoria.





José HERNÁNDEZ (10 de noviembre de 1834 - 21 de octubre de 1886) Autor del Martín Fierro, obra máxima de la literatura gauchesca. En su homenaje, el 10 de noviembre —aniversario de su nacimiento— se festeja en la Argentina el Día de la Tradición.

Martín Fierro – Cantor y Gaucho

Aquí me pongo a cantar 

Al compás de la vigüela, 
Que el hombre que lo desvela
Una pena estraordinaria
Como la ave solitaria
Con el cantar se consuela.
Pido a los Santos del Cielo
Que ayuden mi pensamiento;
Les pido en este momento
Que voy a cantar mi historia
Me refresquen la memoria
Y aclaren mi entendimiento.

Vengan Santos milagrosos, 
Vengan todos en mi ayuda,
Que la lengua se me añuda
Y se me turba la vista;
Pido a Dios que me asista
En una ocasión tan ruda.
Yo he visto muchos cantores,
Con famas bien obtenidas,
Y que después de adquiridas
No las quieren sustentar
Parece que sin largar
se cansaron en partidas

Mas ande otro criollo pasa
Martín Fierro ha de pasar;
nada lo hace recular
ni los fantasmas lo espantan,
y dende que todos cantan
yo también quiero cantar.

Cantando me he de morir
Cantando me han de enterrar,
Y cantando he de llegar
Al pie del eterno padre:
Dende el vientre de mi madre
Vine a este mundo a cantar. 



Olegario Víctor ANDRADE (Alegrete, Brasil, 6 de marzo de 1839 – Buenos Aires, Argentina, 30 de octubre de 1882 – Huérfano, fue protegido de Don Justo José de Urquiza).

El astro herrante

Yo era el astro que erraba en el espacio
Al azar de los vientos de la vida,
Y tú fuiste la estrella misteriosa
Que me brindó su lumbre bendecida.

Sin ti, la eterna noche me rodeara
Como al astro maldito del vacío,
Y mi vida sin ti se consumiera
En perpetuo y estéril desvarío.

Tú me diste la fe que me faltaba,
Me calentó la luz de tu mirada,
¡Y esa luz, que me envidian los extraños,
Es la luz de tu amor, es luz prestada!

Miguel CANÉ (Montevideo, 27 de enero de 1851 – Buenos Aires, 5 de septiembre de 1905), una de las plumas más representativas de la Generación del 80 de la Literatura argentina. En éste poema, Romance de la Niña Negra, nos permite reflexionar sobre la discriminación y cómo Dios premia con lo mejor a aquellos que han sido olvidados o despreciados por no ser iguales a la mayoría.


Romance de la niña negra
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en la puerta de su casa
estaba la niña negra.
Un erguido moño blanco
decoraba su cabeza;
collares de cuentas rojas
al cuello le daban vueltas.
Las otras niñas del barrio
jugaban en la vereda;
las otras niñas del barrio
nunca jugaban con ella.
Toda vestida de blanco
almidonada y compuesta,
en un silencio sin lágrimas,
lloraba la niña negra.

Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en su féretro de pino
reposa la niña negra.
A la presencia de Dios,
un ángel blanco la lleva;
la niña negra no sabe
si ha de estar triste o contenta.
Dios la mira dulcemente,
le acaricia la cabeza
y un lindo par de alas blancas
a sus espaldas sujeta.
Los dientes de mazamorra
brillan a la niña negra,
Dios llama a todos los ángeles
y dice: “¡Jugad con ella!”.


Joaquín CASTELLANOS (Salta, abril de 1861 - Buenos Aires, septiembre de 1932).


El Temulento (El Borracho)
Ya van tres noches de festín. En ellas
ávido el corazón de un algo inmenso,
toda una vida en el placer condenso
y aún tengo hambre de placer y amor!

Quiero beber mi juventud de un sorbo
Del goce en la frenética locura
Como en el ansia de la sed se apura
Una copa repleta de licor!

Afluye a mi cerebro en onda cálida
la sangre haciendo estremecer el pulso,
y vacilante, trémulo, convulso,
con nerviosa inquietud,
siento que el aire a mis pulmones falta;
mi pecho en sorda agitación palpita
y el golpe seco al retumbar imita
del martillo clavando el ataúd!

Corra el deleite para mí a raudales;
más que la tempestad, temo la calma;
tormentas de placer sacudan mi alma
que harto conoce ya las del pesar!
Dadme el ardor de las pasiones locas,
dadme un edén de tropicales flores;
quiero aturdirme en frenesí de amores
y en un salvaje vértigo gozar!

Yo antes amé la vida del desierto
A donde libre el corazón se expande,
A donde el hombre, inculto pero grande,
Parece dominar la inmensidad;
¡Ah! Yo envidiaba al hijo de la Pampa,
Al rey de la llanura primitiva
Cuando tenía en su extensión nativa
Por único rival la tempestad!

Hoy busco las ciudades; hoy prefiero
la sucia fonda que con luz mezquina
amarillenta lámpara ilumina,
a un paisaje bellísimo con sol;
la taberna es mi hogar; en este sitio
donde se goza porque en el se olvida
vengo a tomar venganza de la vida
usando como un arma el alcohol!

Aquí llegan los náufragos del mundo;
aquí en la pobre y mísera taberna
el pueblo alivia la tristeza eterna
de un dolor cuyo fondo nadie ve;
este es el sitio, la fatal guarida
en donde a unos la miseria lanza,
a otros un amor sin esperanzas
y a muchos como a mí... yo no se qué.

Irresistible vértigo... conozco
un hombre de alto ingenio, allí perdido;
ebrios los padres de su padre han sido
su padre y sus hermanos ebrios son;
los tristes frutos de su amor, los rasgos
de esa fatal herencia llevan fijos
y ebrios serán los hijos de sus hijos,
¡ay! hasta la postrer generación!

Yo he visto en frente a la taberna el cuerpo
de un joven bello de gallardo talle
que un día sobre el cieno de la calle,
entre un charco de sangre amaneció;
nadie sabe su historia ni su nombre
no tuvo quien lo asista, moribundo;
su último y doloroso ¡adiós!
al mundo nadie lo oyó!

Eso me espera a mí... pero bebamos
Adentro mis gozosos camaradas
bailando con mujeres alquiladas
se agitan al compás de un acordeón.
Allí en un charco de licor, un ebrio
resbala y cae...; palmotea y mofa...
tumbado en tierra impreca y filosofa;
he ahí al hombre, al rey de la creación!



Belisario  ROLDAN (Buenos Aires, 16 de septiembre de 1873 - Alta Gracia, provincia de Córdoba, 17 de agosto de 1922)

¡Caballito criollo que de puro heroico
se alejó una tarde de bajo su ombú,
y en alas de extraños afanes de gloria
se trepó a los Andes y se fue al Perú!









Caballito Criollo
-¡Caballito criollo del galope corto,
del aliento largo y el instinto fiel,
caballito criollo que fue como un asta
para la bandera que anduvo sobre él!

¡Caballito criollo que de puro heroico
se alejó una tarde de bajo su ombú,
y en alas de extraños afanes de gloria
se trepó a los Andes y se fue al Perú!



¡Se alzará algún día, caballito criollo, 
sobre una eminencia un overo en pie;
y estará tallada su figura en bronce,
caballito criollo que pasó y se fue!


Leopoldo LUGONES (Villa de María del Río Seco, Córdoba, 13 de junio de 1874 - Tigre, Buenos Aires, 18 de febrero de 1938).
¿Por que, Señor?

Señor, si llenas cada hora
de fresca vida renovada;
si vistes de rosa la aurora
y de púrpura la granada;

y en estéril vida senil
dejas la savia que florezca;
que aliente el tigre en su cubil
y en su red la araña se mezca:

¿por qué no diste la ventura
a su pecho lleno de amor?
¿Por qué la divina escultura
tan presto se rompe, Señor?
¿Era ella menos tu criatura
que la más diminuta flor?  


Evaristo CARRIEGO
(Paraná, provincia de Entre Ríos, Argentina, 7 de mayo de 1883 - Buenos Aires el 13 de octubre de 1912).


La silla que ahora nadie ocupa
Con la vista clavada sobre la copa
se halla abstraído el padre desde hace rato,
pocos momentos hace rechazó el plato
del cual apenas quiso probar la sopa.

De tiempo en tiempo, casi furtivamente,
llega en silencio alguna que otra mirada
hasta la vieja silla desocupada,
que alguien, de olvidadizo, colocó enfrente.
Y, mientras se ensombrecen todas las caras,
cesa de pronto el ruido de las cucharas
porque insistentemente, como empujado
por esa idea fija, que no se va,
el menor de los chicos ha preguntado
cuándo será el regreso de la mamá.

La Flauta Mágica

Cuadro que representa el interior de lo que se piensa es la casa de campo de Nueva Esperanza Coronada, en Viena. Se cree que Mozart está representado en el extremo derecho, con ropa negra y espadín, sentado al lado de su amigo Emanuel Schikaneder (con ropa roja). Pintura al óleo, 1782.










Wolfgang Amadeus Mozart - Hermano masón (Salzburgo 27-01-1756 / Viena 05-12-1791). 

El maestro del clasicismo, considerado uno de los músicos mas destacados e influyentes de la historia, fue iniciado en la Masonería el 14 de diciembre de 1784 en la Logia “Beneficencia” (Zur Wohltätigkeit). Asistía también a la Logia “Concordia Verdadera” (Zur wahren Eintracht), la mayor y más aristocrática de Viena. Posteriormente su Logia madre se une a otras dos para dar lugar a la Logia “Nueva Esperanza Coronada” (Zur Neugekrönten Hoffnung), a la cual pasa a pertenecer entonces.
                                           
Según testimonios y documentos de la época, Mozart era muy apreciado en todos los “Talleres”. Muchos de sus mas cercanos amigos eran masones, por lo que colaboró con su capacidad musical con muchas Logias, aún antes de haber sido iniciado.
Mozart parece haber sido un librepensador católico con una relación privada con Dios. Escribió más de 60 piezas de música sacra, entre ellas la Gran misa en do menor KV 427, escrita para la visita a Salzburgo en 1783, el motete Ave verum corpus KV 618, escrito en Baden bei Wien en 1791, y el Réquiem KV 626, que quedó incompleto debido a su muerte.

LA FLAUTA MÁGICA es la última ópera escenificada en vida del compositor, y estrenada en el Freihaus-Theater auf der Wieden de Viena, el 30 de septiembre de 1791, bajo la dirección del propio Mozart, apenas dos meses antes de su muerte.
La Flauta Mágica es una singspiel, un tipo de ópera popular alemana. A diferencia de la ópera, las formas musicales son más simples, las arias menos complejas y los recitativos son hablados. Es parecido a la opéra-comique francesa, a la ópera balada (ballad-opera) inglesa y a la zarzuela española.
La idea primigenia de la obra habría sido de su amigo, y hermano masón, Emanuel Schikaneder. Se trataba de un relato sobre una flauta mágica que permitía a su dueño superar todos los obstáculos. Schikaneder pretendía una ópera para un púbico masivo aunque poco serio (él y Mozart no pasaban en ese entonces por un buen momento económico). Pero Mozart pretendía un drama simbólico que tratara las mas elevadas cuestiones de la condición humana.
En La Flauta Mágica contribuyen cuatro hermanos masones. La idea original fue de Emanuel Schikaneder, la poesía estuvo a cargo de Karl Ludwig Giesecke, la dirección escénica fue de Ignaz von Born (noble de Hungría que actuó en la Corte austríaca, y apadrinó a Mozart para su ingreso a la Masonería), y la música de Wolfgang Amadus Mozart.
La Flauta Mágica es el relato de un joven que recibe el encargo de recuperar a una princesa secuestrada; es la eterna batalla de la noche con el día, la sombra contra la claridad, el mal contra el bien. Pero a veces las fuerzas del bien sirven al mal, y en otras las fuerzas del mal al bien. La obra es un reconocimiento de las debilidades humanas y una exaltación a las máximas virtudes del hombre que aspira a lo sublime.
La obra es un canto a la belleza y a la sabiduría. Mozart presenta los más altos preceptos masónicos sublimándolos hasta alcanzar el nivel de una filosofía natural.
Ésta ópera fue presentada por vez primera en Salta en el Teatro Provincial, en un esfuerzo conjunto de la Orquesta Sinfónica de la Provincia y el Coro de Cámara de la Universidad Católica de Salta, el 25 junio de 2011.




“Por cuatro días locos que vamos a vivir”

CARNAVAL

Previo al miércoles de ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma, cada año nos permitimos unos días lúdicos, el carnaval.
En nuestro noroeste argentino el juego de arrojarse agua de  albahaca y harina se alterna con desfiles de disfraces muy aferrados a la cultura andina, influidos quizás por el gran carnaval de Oruro; del mismo modo que en el nordeste la influencia la ejerce Río de Janeiro, observándose el desfile de comparsas y carrozas.
La fecha del carnaval es variable, pues en tanto en la vida normal nos guiamos por el calendario gregoriano (solar), para establecer la Pascua -y por ende la Cuaresma-, se utiliza el calendario lunar; tengamos en cuenta que el Pésaj que celebró Jesucristo en su cena del Jueves, estaba fijado por el primer plenilunio después del equinoccio estival.
No obstante esta vinculación de la fecha a la liturgia, el carnaval es indudablemente una fiesta pagana cuyas raíces se pierden en el tiempo, y que aparece en las mas diversas culturas. En las naciones indoeuropeas, ligadas posiblemente a los dioses Karna (hijo de la Reina Kunti y de Suria –deidad del Sol), o Kamadeva (deidad hindú del amor, hijo de Brahma, el creador del Universo). Entre los Celtas Carna era la diosa de las Habas y el tocino. También podría estar vinculado a las festividades del dios Apis en Egipto o al dios Baco en Roma.
El carnaval habría tomado sus características actuales en la Europa medieval, donde aparece como un período de crítica social, que era aprovechado para ridiculizar a la Iglesia y a los gobernantes (rasgos que conservan, por ejemplo, las murgas uruguayas).

Juan José Sola compuso para su padre, “El Payo Solá”, “Carpas de Salta”, que narran muy bien el carnaval en nuestra Provincia:

Carpas de Salta
las vuelvo a recordar
bandoneón y guitarra...
zambas para bailar

Chicha y aloja
vinito pa' chupar
ramas de albaca verde
olor a carnaval

Carpas de La Silleta
Campo Quijano y La Merced
toda Salta de fiesta
quien pudiera volver …

Lo cierto es que muchos pueblos del Orbe se aprestan a celebrar el carnaval, y en nuestra Argentina, como expresó muy bien Rodolfo Sciammarella y lo entonaba Alberto Castillo: 
Por cuatro días locos
que vamos a vivir.
Por cuatro días locos
te tenés que divertir.
Es esta vida la mescolanza
de diversiones y de pesar.
No pierdan nunca las esperanzas
y aprendan todos este cantar.
Si en la ruleta usted patina
o si la mina se las tomó.
No llore hermano por el espiante,
olvide y cante como hago yo.
Si una hipoteca o un documento
lo están poniendo fuera de sí.
Si con su suegra se las ve negras,
usted se alegra cantando así:
Por cuatro días locos
que vamos a vivir.
Por cuatro días locos
te tenés que divertir.
Si usted ha tirado una cana al aire
y llega en copas tarde a su hogar.
Si su patrona protesta y grita
usted musita este cantar:
Por cuatro días locos
que vamos a vivir.
Por cuatro días locos
te tenés que divertir.

El Carnaval no es una conmemoración marcada en el calendario masónico, sin embargo, podemos interpretar que no es totalmente ajeno a ciertos sentires de la Hermandad. El hombre en libertad da rienda suelta a su alegría, y participa -sin distinción de ningún tipo-, en un plano de total igualdad, hermanado con todos en la sencilla felicidad del festejar la Vida.



domingo, 19 de febrero de 2017

20 de febrero - Batalla de Salta

1813 – 20 de febrero – 2017
BATALLA DE SALTA
Manuel Belgrano - Pío Tristán

Tras la derrota de Huaqui, a orillas del Lago Titicaca, el 20 de junio de 1811,  Juan José Castelli es relevado de la Jefatura del Ejército del Norte por Manuel Belgrano, quien recibe instrucciones precisas del Triunvirato de Buenos Aires de retroceder con todas sus tropas hasta Córdoba. El 23 de agosto de 1812 inicia lo que dimos en llamar “Éxodo Jujeño”, táctica de tierra arrasada -anticipándose a la que usará ese mismo año el Zar Nicolás I frente a la invasión napoleónica-. A los vecinos de San Salvador de Jujuy se suman tarijeños y salteños.
El 3 de septiembre de 1812 la retaguardia del Ejército de Norte, al mando del mayor general Eustoquio Díaz Vélez, protegiendo la caravana de civiles que en carretas y de a pie transitaban hacia Córdoba,  se enfrentan a orillas del Río Piedras, en la actual Provincia de Salta, a la vanguardia del Ejército realista, obteniendo una victoria que levantaría la alicaída moral de los patriotas.
Llegados a San Miguel de Tucumán, autoridades y Pueblo reclaman a Belgrano la defensa de la Ciudad, ante la inminencia de la llegada del Ejército español al mando de Juan Pío Tristán. Eustoquio Díaz Vélez, Juan Ramón González Balcarce y Manuel Dorrego habrían sido decisivos en la desobediencia de Belgrano al Triunvirato. Bernardino Rivadavia lo increpaba para que bajara hasta Córdoba: “Así lo ordena y manda este Gobierno por última vez…..la falta de cumplimiento de ella le deberá a V.S. los mas graves cargos de responsabilidad”. Belgrano respondió: “Algo es preciso aventurar y ésta es la ocasión de hacerlo; voy a presentar batalla fuera del pueblo y en caso desgraciado me encerraré en la plaza hasta concluir con honor.”.
La lucha se desarrolló en las afueras de la Ciudad, en medio de un tremendo desorden,. Tras situaciones confusas, entre las que no faltó la intervención de un enjambre de langostas que oscurecieron por momentos la jornada, animando a los realistas a retirarse;  Belgrano, sin tener muy en claro la suerte de la Batalla –aunque varios de sus oficiales aseguraban la victoria-, reordenó sus hueste durante el resto de la tarde y ordenó la marcha hacia la ciudad.
Ya a últimas horas de la tarde Pío Tristán se dirige a la ciudad e intima la rendición a Díaz Vélez con la amenaza de incendiarla. Éste le responde que, en tal caso, degollaría a los prisioneros, entre los cuales figuran cuatro coroneles. Durante toda la noche permanece Tristán junto a la ciudad, sin atreverse a cumplir su amenaza. El 25 por la mañana el Jefe realista advierte que Belgrano, con alguna tropa, está a su retaguardia. Su situación es comprometida. Belgrano le intima a rendición “en nombre de la fraternidad americana”. Sin aceptarla y sin combatir, Tristán se retira lentamente esa misma noche por el camino de Salta.
Vicente Fidel López llamó a Tucumán “la más criolla de cuantas batallas se han dado en territorio argentino”. Faltó prudencia, previsión, disciplina, orden y no se supieron aprovechar las ventajas; pero en cambio hubo coraje, arrogancia, viveza, generosidad... y se ganó.
Durante cuatro meses Belgrano se dedicó a mejorar la disciplina de las tropas, proporcionarles instrucción y reclutar suficientes efectivos como para duplicar su número. El parque y artillería abandonados por Tristán le permitió organizarse con mucha mayor soltura. A comienzos de enero emprendió su vanguardia la marcha hacia Salta. El 13 de febrero, a orillas del río Pasaje, el ejército prestó juramento de lealtad a la a la bandera albiceleste y a la  Asamblea Constituyente que había comenzado a sesionar en Buenos Aires pocos días antes.
Entretanto, Pío Tristán había aprovechado la ocasión para fortificar el Portezuelo, el único acceso a la ciudad de Salta a través de la serranía desde el sudeste.
Pero el capitán Apolinario Saravia, natural de Salta, se ofreció a guiar el ejército patriota a través de una angosta senda de altura que desembocaba en la Quebrada de Chachapoyas. La lluvia, si bien dificultó, también amparó la marcha del Ejército patriota que avanzó por un terreno áspero, cargando artillería y pertrechos. El 18 de febrero de 1813 se apostaron en la Finca Castañares, propiedad de los Saravia. El capitán Apolinario Saravia, disfrazado de indígena arriero, llevó una recua de mulas cargadas de leña hasta la ciudad, y se informó de las posiciones tomadas por la tropa de Tristán, para poder comunicárselas a Belgrano.
El día 19 Belgrano posiciona sus tropas en la pampa de Castañares. Advertido de ello, Pío Tristán dispuso sus tropas para resistirlo; alineó una columna de fusileros sobre la ladera del cerro San Bernardo, reforzó su flanco izquierdo, y organizó las 10 piezas de artillería con que contaba.
En la mañana del 20 Belgrano ordenó la marcha del ejército en formación, disponiendo la infantería al centro, una columna de caballería en cada flanco y una nutrida reserva al mando de Manuel Dorrego. El primer choque fue favorable a los realistas, ya que el posicionamiento definido por Pío Tristan posibilitó controlar los ataques al tiempo que rechazaban los avances sobre el flanco derecho por la eficaz acción de los tiradores en el cerro.
Belgrano entonces cambió su táctica. Movilizó la reserva y ordenó a Martín Dorrego (que había reemplazado al segundo Jefe, Eustoquio Díaz Velez, por una herida recibida) atacar vigorosamente. Al frente de la caballería, condujo el propio Belgrano una avanzada sobre el cerco que rodeaba la ciudad, con la sorpresiva irrupción en el campo de batalla  de las guerrillas gauchas conducidas por doña Martina Silva de Gurruchaga. Atrapado entre dos fuegos Pío Tristán replegó sus fuerzas al interior de la ciudad y se dispuso a ofrecer una última resistencia en torno a la Plaza Mayor, pero no pudo organizar a sus tropas, que se negaron a defender las trincheras y corrieron a buscar refugio en la iglesia catedral. Finalmente, Tristán decidió capitular.
Belgrano tenía la firme idea de ganar la voluntad de los americanos que combatían en el bando español, por ello decidió no tomar prisioneros de guerra a los soldados realistas, siempre que los mismos juraran no volver a levantar las armas en contra de las Provincias Unidas del Río de la Plata –a algunos que volverá a tomar prisioneros más adelante los colgará por perjuros-, y reclamó que se entregaran los prisioneros patriotas que eran retenidos en el Alto Perú. Como gesto de respeto y amistad hacia Pío Tristán, Belgrano no aceptó el sable que éste le ofrecía, sino que lo abrazó; en un gesto que sería fuertemente recordado por la historia.

Manuel Belgrano, nacido en Buenos Aires, y Juan Pío Tristán en Arequipa, estudian ambos en la Universidad de Salamanca, donde anudan una buena amistad. Tristán, de regreso a América, recala en Buenos Aires, desempeñándose como ayudante del virrey del Río de la Plata, Pedro de Melo -desde 1795 a 1797-, cuando Belgrano se desempeñaba como Secretario Perpetuo del Consulado de Comercio.


lunes, 13 de febrero de 2017

Nombres que enorgullecen a la Masonería Argentina

La Masonería Argentina tiene el orgullo de haber contado en sus filas a hombres que participaron en la construcción de una Nación progresista, entre ellos: José de San Martín, quien nos dio patria y libertad, Manuel Belgrano, creador de nuestro pabellón nacional; y Domingo Sarmiento, Maestro de América.
Ofrecemos una enumeración posible, pero no completa,

Primera Junta de Gobierno:
Cornelio Saavedra
Mariano Moreno
Juan José Paso
Manuel Alberti
Manuel Belgrano
Juan José Castelli
Juan Larrea
Domingo Matheu.

Primer Triunvirato:
Juan José Paso
Vicente López y Planes
José Julián Pérez
Bernardino Rivadavia.

Segundo Triunvirato:
Antonio Álvarez Jonte
Juan José Paso
Nicolás Rodríguez Peña
Tomás Guido
Domingo Trillo.

Asamblea del Año XIII:
Carlos María de Alvear
Pedro José Agrelo
Francisco Argerich
Juan Ramón Balcarce
Agustín José Donado
José Valentín Gómez
Juan Larrea
Vicente López y Planes
José Moldes
Bernardo Monteagudo
Gervasio Antonio de Posadas
Juan José Serrano
Juan Hipólito Vieytes.

Congreso de Tucumán:
Narciso Francisco de Laprida
Juan Martín de Pueyrredón
Juan José Serrano

Directorio:
Gervasio Antonio de Posadas
Carlos María de Alvear
Antonio González Balcarce
Juan Martín de Pueyrredón

Constituyente de 1853:
Juan del Campillo
Salvador María del Carril
Santiago Derqui
Ruperto Godoy
Juan María Gutiérrez
José Benjamín Gorostiaga
Delfín Huergo
Juan del Campillo
Juan Francisco Seguí

Constituyente de 1860:
Mariano Fragueiro
Nicanor Albarellos
Salvador María del Carril
José Benjamín Gorostiaga
José María Gutiérrez
Lucio V Mansilla
José Mármol
Nicasio Oroño
Wenceslao Paunero
Ireneo Portela
Domingo F Sarmiento
Benjamín Victorica

Presidentes de la República:
Bernardino Rivadavia
Vicente López y Planes
Justo José de Urquiza
Santiago Derqui
Bartolomé Mitre
Domingo Faustino Sarmiento
Miguel Juárez Celman
Carlos Pellegrini
Manuel Quintana
José Figueroa Alcorta
Roque Sáenz Peña
Victorino de la Plaza
Hipólito Yrigoyen
Agustín P Justo (h)

Vicepresidentes de la República:
Salvador María del Carril
Adolfo Alsina
Mariano Acosta
Francisco Bernabé Madero
Norberto Quirno Costa
Julio Argentino Roca (h)

Parlamento Nacional:
Leandro N. Alem
Valentín Alsina
Diego de Alvear
Juan Balestra
Juan Carlos Belgrano
Antonino Cambaceres
Carlos Alfredo D'Amico
Mariano Demaría
Delfín Gallo
Julio Víctor González
Miguel Goyena
Rafael Hernández
Bernardo de Irigoyen
Ignacio Darío Irigoyen
Luis Lagos García
Juan Esteban Martínez
Emilio Mitre
Manuel Augusto Montes de Oca
Rodolfo Moreno
Julio A Noble
Eusebio Ocampo
Nicasio Oroño
Alfredo L Palacios
Celestino Pera
Domingo Teófilo Pérez
Antonio del Pino
Martín Ruiz Moreno
Damián Marcelo Torino
Lisandro de la Torre
Marcelino Ugarte
Aristóbulo del Valle
Rufino J Varela
Juan Ramón Vidal
Benito Villanueva
Valentín Virasoro

Corte Suprema de Justicia de la Nación:
Salvador María del Carril
José Barros Pazos
Baldomero García
José Benjamín Gorostiaga
José Figueroa Alcorta
Benjamín Victorica
Antonio Bermejo
Roberto Repetto
Antonio Sagarna
Nicanor González del Solar
Onésimo Leguizamón
José Nicolás Matienzo
Francisco Pico
Marcelino Ugarte
Luis V. Varela

Ejército:
Rudecindo Alvarado
Donato Alvarez
Adolfo Arana
Marcos Balcarce
Liborio Bernal
Genaro Berón de Astrada
Antonio Luis Beruti
Daniel Cerri
Juan Bautista Charlone
Emilio Conesa
Juan Fernando Czetz
Luis José Dellepiane
Gerónimo Espejo
Luis Jorge Fontana
Rosendo María Fraga
José María Francia
José Miguel Galán
Teodoro García
Juan Andrés Gelly y Obes
Tomás Guido
Eduardo Kannitz-Barón de Holmberg
Tomás de Iriarte
Hilario Lagos
Juan Gregorio de Las Heras
Nicolás Levalle
Juan Pablo López
Lucio Norberto Mansilla
Enrique Martínez
Emilio Mitre
Mariano Necochea
Leopoldo Nelson
Manuel Obligado
Carlos Enrique O'Donnell
Manuel de Olazábal
Manuel Oribe
Rufino Ortega
José Antonio Páez
Wenceslao Paunero
Manuel Guillermo Pinto
Eduardo Racedo
Francisco Reynolds
Ignacio Rivas
Rudecindo Roca
Martín Rodríguez
Ezequiel de la Serna
Enrique Spika
Zacarìas Supisiche
Julio de Vedia
Nicolás Vega
Gregorio Vélez
Joaquìn Viejobueno
José Matías Zapiola

Marina:
Manuel Blanco Encalada
Guillermo Brown
Bartolomé Cordero
Mariano Cordero
Tomás Craig
Enrique Guillermo Howard
JoséMurature
Juan Page
Luis Miguel Piedrabuena
Luis Py
Martín Rivadavia
Daniel Rojas Torres
Daniel de Solier
Clodomiro Urtubey

Diplomacia:
Radu Cutzarida
Vasili Dendramis
Luis María Drago
Frantisek Kaderabek
Enrique Loudet
Enrique Baltasar Moreno
Pedro Antonio Pardo
Mariano Varela

Economistas y Empresarios:
Juan Alemann
Tiburcio Benegas
Enrique Berduc
Mariano Billinghurst
Rafael Calzada
Carlos Casares
Vicente Casares
Aarón Castellanos
Ramón Espasa
Federico Wenceslao Gándara
Federico Florencio Garrigós
Casimiro Gómez
Daniel Gowland
Manuel José Guerrico
Clodomiro Hileret
Juan José Iturraspe
Guillermo Kraft
Federico Lacroze
Anacarsis Lanús
Eduardo Madero
José Martínez de Hoz
Manuel Méndez de Andés
Wenceslao Pacheco
Jacobo Peuser
Ezequiel Ramos Mejía
Pedro Robertie
José María Rosa
Jorge Temperley
Guillermo Tornquist
Spiro Ungaro
Saturnino Unzué
Luis Viale
Wenceslao Villafañe
José Angel Villalonga

Letras:
Agustìn Alvarez
Olegario Vìctor Andrade
Hilario Ascasubi
Augusto Barcia Trelles
Francisco Barroetaveña
Santiago Calzadilla
Eugenio Cambaceres
Estanislao del Campo
Miguel Cané
Evaristo Carriego
Joaquín Castellanos
Félix Amadeo Chaparro
Esteban Echeverría
Bartolomé Galíndez
Juan Agustín García
Enrique García Velloso
Joaquìn Víctor González
Eduardo Gutiérrez
Juan María Gutiérrez
José Hernández
Bartolomé Hidalgo
Leopoldo Lugones
José Ingenieros
Alejandro Korn
Andrés Lamas
Lucio Vicente López
Vicente Fidel López
José Mármol
Ramón Melgar
Roberto Jorge Payró
Mariano Pelliza
David Peña
Alejo Peyret
José Rezzano
Antonio Rodríguez Zúñiga
Belisario Roldán
Adolfo Saldías
Florencio Sánchez
Eduardo Wilde
Ezequiel Soria
Manuel Ricardo Trelles
Manuel Ugarte
Antonio Zinny

Derecho:
Eduardo Acevedo
Juan Bautista Alberdi
Amancio Alcorta
Daniel Antokoletz
Manuel Blasco Garzón
Servando Gallegos
Eusebio Gómez
Enrique Jorge
Faustino Jorge
Manuel Hermenegildo Langenheim
Carlos Malagarriga
Luis José de la Peña
José Roque Pérez
Federico Pinedo
Rodolfo Rivarola
Isidoro Ruiz Moreno
Lorenzo Torres

Ciencias:
Florentino Ameghino
Germán Burmeister
Benjamín Gould
Cristóbal M Hicken
Eduardo Ladislao Holmberg
Juan Mariano Larsen
Miguel Lillo
José María Ramos Mejía

Medicina:
Nicanor Albarellos
Cosme Argerich
Claudio Mamerto Cuenca
Vicente de Cusatis
Carlos Durand
Juan Antonio Fernández
Carlos Juan Fürst
Juan Ángel Golfarini
Enrique Grande
Ricardo Gutiérrez
Alfredo Lanari
Pedro Luis Mallo
Salvador Marino
José María Penna
Ignacio Pirovano
Ireneo Portela
Marcial Quiroga
Guillermo Rawson
Baldomero Sommer
Carlos Tomás Sourigues
Telémaco Susini
Eufemio Uballes

Educación:
Diego Alcorta
Pedro Narciso Arata
Angel Carlos Bassi
Eliseo Cantón
Hilmar Didier Digiorgio
Baldmar Fernando Dobranich
Enrique Drot de Gourville
Eloy Fernández Alonso
Andrés Ferreyra
Santiago Fitz Simon
Emilio Gouchon
Juan Crisóstomo Lafinur
Washington Lalanne
Onésimo Leguizamón
Víctor Mercante
Hilarión María Moreno
William C Morris
Salvador Negrotto
Pablo Pizzurno
Rodolfo Senet
Saúl Alejandro Taborda
Eduardo Tibiletti
José María Torres
Adolfo van Gelderen
Roberto Enrique Wernicke
José Benjamín Zubiaur

Ingeniería y Arquitectura:
Pedro Enrique Benoit
Juan Bialet Massé
Carlos Alberto Cassaffousth
Carlos Guillermo Glade
Enrique Mario Hermitte
Augusto Ringuelet
Domingo Selva

Periodismo:
José Marìa Cao
Adolfo E Dávila
Juan Carlos Gómez
José María Gutiérrez
Alberto M Haynes
Ovidio Lagos
Eleodoro Lobos
Bartolomé Mitre y Vedia
José Luis Murature
Ignacio Núñez
Fabián Onsari
Federico Siciliano
Germán Otto Tjarks
Héctor Florencio Varela
José Victory
Bartolomé Victory y Suárez

Artes Plásticas:
Martín Boneo
Juan Manuel Blanes
Ernesto de la Cárcova
Carlos Enrique Pellegrini
Ignacio Manzoni
Prilidiano Pueyrredón
Rogelio Yrurtia
Héctor Ximénez

Música:
Augusto Pedro Berto
Francisco Canaro
Samuel Castriota
Elmerico Fracassi
Francisco Arturo Hargreaves
Cayetano Roberto Silva

Cine y Teatro:
Roberto Casaux
Enrique Muiño
Tito Livio Foppa
Luis Ambrosio Morante
Emilio Onrubia
Florencio Parravicini
Enrique de Rosas

Polìtica:
Julián Segundo de Agüero
Julián Baltasar Alvarez
Agustín Pedro Justo (p)
Manuel Moreno
Saturnino Rodrìguez Peña

Religión:
Julio Manuel Sabanes
Ángel Sainz