domingo, 26 de febrero de 2017

“Por cuatro días locos que vamos a vivir”

CARNAVAL

Previo al miércoles de ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma, cada año nos permitimos unos días lúdicos, el carnaval.
En nuestro noroeste argentino el juego de arrojarse agua de  albahaca y harina se alterna con desfiles de disfraces muy aferrados a la cultura andina, influidos quizás por el gran carnaval de Oruro; del mismo modo que en el nordeste la influencia la ejerce Río de Janeiro, observándose el desfile de comparsas y carrozas.
La fecha del carnaval es variable, pues en tanto en la vida normal nos guiamos por el calendario gregoriano (solar), para establecer la Pascua -y por ende la Cuaresma-, se utiliza el calendario lunar; tengamos en cuenta que el Pésaj que celebró Jesucristo en su cena del Jueves, estaba fijado por el primer plenilunio después del equinoccio estival.
No obstante esta vinculación de la fecha a la liturgia, el carnaval es indudablemente una fiesta pagana cuyas raíces se pierden en el tiempo, y que aparece en las mas diversas culturas. En las naciones indoeuropeas, ligadas posiblemente a los dioses Karna (hijo de la Reina Kunti y de Suria –deidad del Sol), o Kamadeva (deidad hindú del amor, hijo de Brahma, el creador del Universo). Entre los Celtas Carna era la diosa de las Habas y el tocino. También podría estar vinculado a las festividades del dios Apis en Egipto o al dios Baco en Roma.
El carnaval habría tomado sus características actuales en la Europa medieval, donde aparece como un período de crítica social, que era aprovechado para ridiculizar a la Iglesia y a los gobernantes (rasgos que conservan, por ejemplo, las murgas uruguayas).

Juan José Sola compuso para su padre, “El Payo Solá”, “Carpas de Salta”, que narran muy bien el carnaval en nuestra Provincia:

Carpas de Salta
las vuelvo a recordar
bandoneón y guitarra...
zambas para bailar

Chicha y aloja
vinito pa' chupar
ramas de albaca verde
olor a carnaval

Carpas de La Silleta
Campo Quijano y La Merced
toda Salta de fiesta
quien pudiera volver …

Lo cierto es que muchos pueblos del Orbe se aprestan a celebrar el carnaval, y en nuestra Argentina, como expresó muy bien Rodolfo Sciammarella y lo entonaba Alberto Castillo: 
Por cuatro días locos
que vamos a vivir.
Por cuatro días locos
te tenés que divertir.
Es esta vida la mescolanza
de diversiones y de pesar.
No pierdan nunca las esperanzas
y aprendan todos este cantar.
Si en la ruleta usted patina
o si la mina se las tomó.
No llore hermano por el espiante,
olvide y cante como hago yo.
Si una hipoteca o un documento
lo están poniendo fuera de sí.
Si con su suegra se las ve negras,
usted se alegra cantando así:
Por cuatro días locos
que vamos a vivir.
Por cuatro días locos
te tenés que divertir.
Si usted ha tirado una cana al aire
y llega en copas tarde a su hogar.
Si su patrona protesta y grita
usted musita este cantar:
Por cuatro días locos
que vamos a vivir.
Por cuatro días locos
te tenés que divertir.

El Carnaval no es una conmemoración marcada en el calendario masónico, sin embargo, podemos interpretar que no es totalmente ajeno a ciertos sentires de la Hermandad. El hombre en libertad da rienda suelta a su alegría, y participa -sin distinción de ningún tipo-, en un plano de total igualdad, hermanado con todos en la sencilla felicidad del festejar la Vida.



1 comentarios:

  1. Queridos hermmanos de la logia belgrano, he leido dos artículos publicado por ustedes a proposito del 20 de febrero y el general Belgrano, me han gustado muchisimo por su misión instructiva a todos nosotros que muchos sabemos la fecha que recuerda pero no sabemos bien el significado profundo.
    Desde ese punto cabe recordar el rol que tuvo la orden, en la gestación y participación en estos movimientos libertarios.

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