Monumento a la Masonería Universal

En la segunda rotonda de la Avenida Reyes Católicos, el sábado 19 de diciembre de 2015, las Logias del Valle de Salta,

Nombres que enorgullecen a la Masonería Argentina

La Masonería Argentina tiene el orgullo de haber contado en sus filas a hombres que participaron en la construcción de una Nación progresista,

Contribuyendo al Arte de la Ciudad

En adhesión al Bicentenario de la Batalla de Salta, el 20 de febrero de 2.013 la Augusta y Respetable Logia “General Belgrano”...

Simbología en la Arquitectura Sacra

La Masonería se organiza y estructura sobre el gremio de los iniciados en el Arte Real de la Construcción...

Tiempo de Cuaresma

La Orden masónica impulsa el uso de la razón para buscar la Verdad y la Belleza...

miércoles, 9 de agosto de 2017

Nagasaki

El "hongo" sobre Nagasaki  11,02 hs del 09-08-1945

72 años hace ya, que a las 11,02 -hora local-, de un jueves 9 de agosto de 1945, un bombardero B-29 bautizado como “bockscar” arrojó sobre Nagasaki la bomba de plutonio “fat man”. Dificultades visuales obligaron a los pilotos a orientarse por radar, por lo que el proyectil lanzado en paracaídas se desvió, alcanzando al 45 % de la Ciudad japonesa, con víctimas estimadas en las 150.000, entre muertos y gravemente heridos.
Tres días antes, a las 8,15 del lunes 6, se había arrojado sobre Hiroshima, desde el bombardero “enola gay”, una bomba de uranio, bautizada como “little boy”. El cálculo es de entre 60 y 80 mil personas muertas instantáneamente, muchas de ellas, debido al calor, “simplemente desaparecieron”. Mucha más murieron posteriormente por afecciones irreversibles producto del envenenamiento por radiación.
Ninguna de las atrocidades de las guerras pueden justificarse. En el caso concreto de Hiroshima y Nagasaki, el imperio del Japón, tras meses de intensos bombardeos “convencionales” sobre más de sesenta de sus ciudades, y habiendo perdido su flota todo poder ofensivo, a fines de enero de aquel 1945 había expresado la intención de rendición, resguardando la posición del emperador Hirohito. El presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt rechazó toda posibilidad, pues tenían la intención de adelantarse a la Unión Soviética -que estaba pronta a iniciar un decisivo avance sobre la Manchuria ocupada por Japón-, dejando clara su posición de potencia indiscutida.
Tras enterarse del desastre de Hiroshima, el filósofo francés Albert Camus se expresó:
“El mundo es lo que es, es decir poca cosa. Lo sabe cada uno desde ayer gracias al fabuloso concierto que la radio, los diarios y las agencias de información acaban de desatar con respecto a la bomba atómica. Nos dicen, efectivamente, en medio de un montón de comentarios entusiastas que “cualquier ciudad de mediana importancia puede ser arrasada por una bomba del tamaño de una pelota de futbol”. Periódicos estadounidenses, ingleses y franceses se explayan en disertaciones elegantes sobre el futuro, el pasado, los inventores, el costo, la vocación pacífica y los efectos bélicos, las consecuencias políticas y hasta el carácter independiente de la bomba atómica. Vamos a resumirnos en una frase: la civilización mecánica acaba de alcanzar su último grado de salvajismo. Habrá que elegir, en un futuro más o menos cercano, entre el suicidio colectivo o la utilización inteligente de las conquistas científicas.
Mientras tanto, está permitido pensar que hay una cierta indecencia en celebrar así un descubrimiento, que primero se pone al servicio de la ira de destrucción más increíble de que haya sido prueba el hombre en siglos. Que en un mundo librado a todos los destrozos de la violencia, incapaz de ningún control, indiferente a la justicia y a la simple felicidad de los hombres, la ciencia se consagre al asesinato organizado, nadie sin duda podrá siquiera asombrarse, a menos que sostenga un idealismo impenitente. …”.

 
Ginkgo, árbol "portador de la esperanza", sobrevivió la bomba sobre Hiroshima


lunes, 1 de mayo de 2017

Día del Trabajador

La del 1º de Mayo es la fiesta del movimiento obrero mundial por antonomasia. Celebrado en París en 1889, por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1º de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. A partir de entonces se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general que es celebrada en mayor o menor medida en todo el mundo.

ALGUNAS DEFINICIONES QUE HAN HECHO AL PROGRESISMO

La Doctrina Social de la Iglesia ha definido que El trabajador es la causa eficiente del proceso productivo. Su auténtico protagonista, en razón de su dignidad de persona, mientras que los factores inanimados son medios en las manos del hombre, a modo de causas instrumentales. … El capital, constituido por riqueza –dinero, tierras, propiedades, equipos, derechos adquiridos- acumulado a partir del trabajo del hombre, debe cumplir el papel de facilitar la labor de todos en favor del progreso social. No es indiferente el destino que el dueño del capital da a sus inversiones, porque siendo el fin genérico de los bienes materiales la satisfacción de toda la familia humana, en primer lugar se debe pensar en los lugares más necesitados para beneficiar a las personas más pobres. Así se colabora solidariamente en la redistribución de la riqueza, y se evita el mal que significa para muchas familias el tener que emigrar y desarraigarse de sus costumbres y parientes. El trabajador no puede estar supeditado al interés primordial del dinero o del Estado, porque el factor capital del proceso productivo no es ni el dinero ni el Estado, sino el trabajador intelectual y manual. El progreso no depende de la acumulación de dinero o de poder social en pocas manos o en manos del Estado, porque todo recorte a la libertad social es un atropello a la dignidad de las personas, que el Estado no puede permitir a otros ni cometer él mismo, ya que el fin no justifica los medios. … El desarrollo y el progreso no se miden únicamente por indicadores económicos, sino por el grado de promoción del bien común integral, tanto espiritual como material, que el hombre haya logrado con su trabajo digno u fraterno.”.
Canto al Trabajo (Buenos Aires)

En 1.931 Pío XI supo señalar, en su Encíclica “Quadragésimo Anno”, que “Durante mucho tiempo, en efecto, las riquezas o capital se atribuyeron demasiado a sí mismos. El capital reivindicaba para sí todo el rendimiento, la totalidad del producto, dejando al trabajador apenas lo necesario para reparar y restituir sus fuerzas. Pues se decía que, en virtud de una ley económica absolutamente incontrastable, toda acumulación de capital corresponde a los ricos, y que, en virtud de esa misma ley, los trabajadores estaban condenados y reducidos a perpetua miseria o a un sumamente escaso bienestar. Pero es lo cierto que ni siempre ni en todas partes la realidad de los hechos estuvo de acuerdo con esta opinión de los liberales vulgarmente llamados manchesterianos, aun cuando tampoco pueda negarse que las instituciones económico-sociales se inclinaban constantemente a ese principio. Por consiguiente, nadie deberá extrañarse que esas falsas opiniones, que tales engañosos postulados, hayan sido hayan sido atacados durante y no solo por aquellos que, en virtud de tales teorías, se veían privados de su natural derecho a conseguir una mejor fortuna.”.

Canto al Trabajo (Rogelio Yrurtia - argentino)

Juan XXIII diría luego, en 1.961, en su “Mater et Magistra”: “Los deberes de la justicia han de respetarse no solamente en la distribución de los bienes que el trabajo produce, sino también en cuanto afecta las condiciones generales en que se desenvuelve la actividad laboral. Porque en la naturaleza humana está arraigada la exigencia de que, en el ejercicio de la actividad económica, le sea posible al hombre asumir la responsabilidad de lo que hace y perfeccionarse a sí mismo.  De donde se sigue que, si el funcionamiento y las estructuras económicas de un sistema productivo ponen en peligro la dignidad humana del trabajador, o debilitan su sentido de responsabilidad, o le impiden la libre expresión de su iniciativa propia, hay que afirmar que este orden económico es injusto, aún en el caso de que, por hipótesis, la riqueza producida en él alcance un nivel y se distribuya según criterios de justicia y equidad.”

lunes, 24 de abril de 2017

Cenotafio de Juan Bautista Alberdi

LA MASONERÍA ARGENTINA REINAUGURA
EL CENOTAFIO DE JUAN BAUTISTA ALBERDI


Hoy, 24 de abril de 2017, en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires, la Masonería argentina reinaugura el cenotafio del insigne tucumano (cenotafio: monumento funerario en el cual no está el cadáver del personaje a quien se dedica), autor de las “Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina”. Tras el deterioro del exquisito monumento, la extensa obra de restauración fue llevada a cabo por la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones, con el apoyo de sus talleres, artistas, artesanos y profesionales destacados.
Juan Bautista Alberdi nació en San Miguel de Tucumán, el 29 de agosto de 1810. Fue  abogado, jurista, economista, político, estadista, diplomático, diputado, escritor y músico argentino, y el autor intelectual de la Constitución Argentina de 1853. Su padre fue un comerciante vasco, dueño de una importante pulpería, que supo intervenir en la defensa de Buenos Aires en ocasión de las Invasiones Inglesas; su madre, una criolla de reconocida familia tucumana, que falleció al darlo a luz.
Inició sus estudios en el Colegio de Ciencias Morales de la Ciudad de Buenos Aires, para comenzar los superiores en la Universidad de Buenos Aires, continuándolos en la Universidad de Córdoba, luego en Montevideo, para finalmente  diplomarse como Doctor en Jurisprudencia en la Universidad de Chile.

De su obra “Bases” nos permitimos extraer, si bien arbitrariamente mas siempre con el máximo respeto, dos de sus párrafos que preservan plena vigencia: “La Constitución debe dar garantías de que sus leyes orgánicas no serán excepciones derogatorias de los grandes principios consagrados por ella, como se ha visto más de una vez. Es preciso que el derecho administrativo no sea un medio falaz de eliminar o escamotear las libertades y garantías constitucionales. Por ejemplo, la prensa es libre, dice la Constitución; pero puede venir la ley orgánica de la prensa y crear tantas trabas y limitaciones al ejercicio de esa libertad, que la deje ilusoria y mentirosa. Es libre el sufragio, dice la Constitución; pero vendrá la ley orgánica electoral, y  fuerza de requisitos y limitaciones excepcionales, convertirá en mentira la libertad de votar. …”.
Alberdi se preocupó y ocupó de los temas fundamentales de nuestra Nación en ciernes, así, respecto a la unión nacional supo considerar: “…La idea de una unidad pura debe ser abandonada de buena fe, no por vía de concesión, sino por convencimiento. Es un hermoso ideal de gobierno; pero en la actualidad de nuestro País, imposible en la práctica. Lo que es imposible, no es del dominio de la política, pertenece a la universidad, o si es bello, a la poseía. … La unidad no es el punto de partida, es el punto final de los gobiernos.; la historia lo dice, y la razón lo demuestra. …”.


Alberdi perteneció a la “Generación del ´37”, integrando en ese entonces el “Salón Literario”,  círculo de intelectuales de la época, enrolados en el llamado “movimiento romántico”, gestado por Marcos Sastre, del que supieron participar, entre otros, figuras de la talla de Miguel Cané (padre), Juan María Gutiérrez, Esteban Echeverría, y Vicente Fidel López.  El “Salón Literario” funcionaba como tertulias en las que se departía sobre literatura, arte y moda, influidos por el romanticismo europeo, y ofreció marco a la discusión de las nuevas ideas políticas. Presionados por el Gobierno de Juan Manuel de Rosas, cerró a los seis meses; no obstante ello posibilitó luego la “Asociación de la Joven Generación Argentina”, y posteriormente la “Asociación de Mayo.
A fines de 1938 Alberdi se niega a prestar juramento de fidelidad al Gobierno de Juan Manuel de Rosas, se expresa su ferviente opositor, e inicia su exilio, primero a Montevideo, luego Europa y por último Chile. De regreso a nuestro País se desenvuelve en funciones legislativas y diplomáticas. En razón de un proyecto de Ley que impulsa el Presidente Julio A. Roca sus Obras completas son publicadas por el Estado Nacional.
Se manifestó contrario a la Guerra de la Triple Alianza en su obra “El crimen de la guerra”; y en razón de ello, Bartolomé Mitre se dedica a desacreditarlo por medio del Diario La Nación, e  impidiendo el consenso necesario en el Senado de la Nación para su designación como embajador en Francia.
Cansado y un tanto humillado decidió alejarse definitivamente del País. Partió rumbo a Francia el 3 de agosto de 1881 confesándole a un amigo: "lo que me aflige es la soledad". Murió en Nueilly-Sur-Seine, cerca de París, el 19 de junio de 1884. Sus restos fueron repatriados en 1889.  Embarcados el 28 de mayo de ese año a bordo del vapor "Azopardo", se los trasladó primero a la Catedral de Buenos Aires, donde se le rindieron honores hasta el 5 de junio, fecha en que se ubicaron en la bóveda de la familia Ledesma en el Cementerio de la Recoleta, que los albergó hasta ser depositados en el mausoleo erigido en un terreno donado por la Municipalidad de Buenos Aires. Actualmente descansan en un nicho construido en la Casa de Tucumán.
Alberdi fue miembro honorario de la Logia San Juan de la Fe Nº 20, actuó masónicamente en Buenos Aires, Francia y Montevideo, donde contó con la protección de Garibaldi  y Mazzini  e integró “La joven Italia”. Fue el encargado de llevar a Montevideo las Palabras Simbólicas de la citada Asociación de Mayo, fundada por Esteban Echeverría.
El 29 de agosto se conmemora en la Argentina el Día del abogado en su honor, recordando su nacimiento. Su pensamiento y acción sirven de ejemplo al profesional del Derecho, comprometiéndonos a una sociedad justa y progresista.

domingo, 16 de abril de 2017

Xenofobia

La xenofobia, temor o aversión exagerada al extranjero, es un sentimiento extraño a la sociedad argentina; circunstancias históricas y jurídicas así lo señalan.
Tras largas luchas intestinas, nuestra Nación alcanza a acordar su Ley Suprema (nuestro Contrato Social), recién en 1853. El Preámbulo es la antorcha que da luz a todo el texto constitucional, e ilumina de ese modo toda la normativa que da estructura política y jurídica al Estado. Es en éste exordio donde los Constituyentes proclamaron al Mundo que nuestra Nación es, ante todo, inclusiva, abierta a todos los hombres que quieran habitar nuestro suelo argentino.
A tal punto esa concepción progresista, que tras establecer en el art. 2º que “El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano” (concepto que no debemos confundir con el de religión oficial del Estado, que nunca la tuvimos, mucho menos a partir de la reforma de 1994 cuando se modifica el viejo art. 76 -hoy 89-, que reservaba los cargos de Presidente y de Vicepresidente para un creyente de esa fe); en el art. 14, al declarar los derechos fundamentales, reconoce el de profesar libremente el culto de cada quien.
La consagración de éste derecho fundamental está íntimamente ligada al interés en la inmigración y fue, según los diarios de debate, uno de los mas intensos en la Asamblea Constituyente en la Santa Fe de 1853. Se impuso el pensamiento de Juan Bautista Alberdi –entre otros-. El ilustre tucumano, que ilumino aquel tiempo con sus “Bases”, expresó en ésta su obra: “¿Queremos plantar y aclimatar en América la libertad inglesa, la cultura francesa, la laboriosidad del hombre europeo y de Estados Unidos?. Traigamos pedazos vivos de ella en las costumbres de sus habitantes y radiquémoslas aquí.”. “… Si queréis familias que formen las costumbres privadas, respetad su altar a cada creencia. … El dilema es fatal: o católica exclusivamente y despoblada; o poblada y próspera, y tolerante en materia de religión. … Traerlos sin su culto, es traerlos sin el agente que los hace ser lo que son; a que vivan sin religión, a que se hagan ateos. … Sosteniendo esta doctrina no hago otra cosa que el elogio de una ley de mi País que ha recibido que ha recibido la sanción de la experiencia. Desde octubre de 1825 existe en Buenos Aires la libertad de cultos, pero es preciso que esa concesión provincial se extienda a toda la República Argentina por su Constitución…”.
Como Nación hemos sido siempre abiertos, inclusivos; razonablemente, encontraremos “matices”, hechos o situaciones ajenas o contrarias a ésta filosofía moral y política que supieron definir nuestros prohombres; pero el odio al extranjero jamás ha sido característica de los argentinos, muy por el contrario. Se estima que entre 1870 y 1930 ingresaron al territorio argentino siete millones de extranjeros, principalmente europeos, que vinieron a trabajar y enriquecer cultural y económicamente nuestro País. Posteriormente, entre 1950 y 1980 se verificó un fuerte flujo de inmigración regional, principalmente de Naciones limítrofes, Paraguay, Bolivia, Chile, Perú, Brasil, y Uruguay. ¿Acaso nuestra principales ciudades no poseen asociaciones españolas, italianas, israelitas, sirio libanesas?, ¿casas de paraguayos, uruguayos, bolivianos y tantas colectividades mas?.

Monumento al Inmigrante

Ahora bien, respecto a la xenofobia, ¿que podríamos definir como masones?. Sin retroceder mucho en la historia, en el Medioevo, se verifica el gremio de los constructores, estructura sobre la que se erigirá la Masonería; aprendices, compañeros y maestros, conocedores de las palabras de pases, se desplazaban por el Viejo Continente y por el Medio Oriente afanados en la construcción de templos y castillos. A esa circunstancia de libertad de tránsito se suma que en 1789, en ocasión de la Revolución Francesa, la Masonería logra imponer para la Humanidad toda, los valores de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Para no abrumarnos en un examen exhaustivo, recordemos sólo el art. 1º de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de aquel año:Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común.”. Cabe pues preguntarnos ¿Cómo podríamos sostener y fundar ideas o sentimientos xenófobos sin traicionar nuestra historia y nuestras banderas?
En la actualidad resulta preocupante un creciente rebrote de formaciones y de actitudes xenófobas. Los conflictos interculturales raciales o religiosos, pero principalmente las crisis económicas y las guerras provocadas por la angurria de multinacionales petroleras o fabricantes y traficantes de armas, provocan grandes migraciones que los mismos generadores no están dispuestos a atender en razón de su irresponsabilidad social.
Como argentinos y como masones, no sólo no podemos asumir pensamientos o sentimientos xenófobos, sino que por convicciones debemos rechazarlos expresa y públicamente.


domingo, 2 de abril de 2017

Irredentas



“La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía.”
(Constitución Nacional Argentina – Disposición Transitoria Primera).

1982  –   2 de abril   -  2017
Nuestro recuerdo y homenaje a los Caídos y a los Veteranos de Malvinas

Nuestros Justos Títulos:
Las islas Malvinas son una continuidad geológica de nuestro territorio, emergiendo a menos de 400 km de nuestras costas, como parte de la plataforma continental patagónica.
España fundó sus derechos sobre las islas en las bulas Inter caetera y Dudum Siquidem del papa Alejandro VI en 1493, y en el Tratado de Tordesillas. Las islas habían sido descubiertas por barcos al servicio de España antes del supuesto descubrimiento atribuido a John Davis en 1592, en épocas en que el mero descubrimiento otorgaba derechos de dominio eminente.
El Decreto del 10-06-1829 del Gobernador de Buenos Aires, Don Martín Rodríguez, proclamaba: "Cuando por la gloriosa Revolución de Mayo del 25 de Mayo de 1810, se separaron estas provincias de la dominación de la Metrópoli, España, la España tenía una posesión material en las Islas Malvinas y de todas las demás islas que las rodean hasta el Cabo de Hornos; incluso, la que se conoce como la Tierra del Fuego; hallándose justificada y documentada aquella posesión por el derecho del primer ocupante, por el consentimiento de las primeras potencias marítimas de Europa, y por la adyacencia de estas islas al continente que formaba el Virreinato de Buenos Aires, de cuyo gobierno dependían por esta razón habiendo entrado al gobierno de la República Argentina en la sucesión de todos los derechos que tenía sobre todas las provincias la antigua Metrópoli, España, …”.


           El precedente de 1770: (Informe recopilado por Patricio A. Mendiondo, Director de El Malvinense)
El 19 de febrero de 1770, la expedición española de Montevideo, comandada por Madariaga, llegó al Puerto de la Cruzada, y tras una descortés entrevista con Antony Hunt (comandante inglés), se retiró nuevamente a Montevideo. En la entrevista, el comandante español dirigió al inglés una protesta por la usurpación, a lo cual el aludido, le respondió que "estas islas pertenecen a Su Majestad Británica por derecho de descubrimiento", y que estaba allí para protegerlas.
Más tarde, se activaron los preparativos para la expedición armada a "Puerto Egmont", la cual partió de Montevideo el 8 de mayo, al mando de Madariaga. Se componía de cinco fragatas, alrededor de mil quinientos hombres y tren de artillería.
La guarnición inglesa estaba reducida a la corbeta Favourite, cuando los navíos españoles arribaron el 8 de junio. Los ingleses no se resistieron, entregaron las islas y firmaron una capitulación, donde los soldados y demás súbditos debían abandonar las islas.
Retirados los ingleses, el estupor y la cólera se acrecentaron cuando la corbeta inglesa llegó a Londres. Ambos países se preparaban para una guerra que parecía inevitable.
Cabe aclarar que el único establecimiento que Inglaterra poseyó, no se encontraba en la Gran Malvina, sino en el islote Saunders, al noroeste de las dos grandes islas.
El 16 de agosto España para no entrar en guerra con los ingleses entrega nuevamente el fuerte al capitán del navío Juno, donde volvieron a establecerse los ingleses, para luego abandonarlas definitivamente en 1774. Luego, en 1833, los británicos usurpan las Islas Malvinas, pero ya no a España, sino a la nueva Nación, Argentina.
        
       NUEVO ESCENARIO PARA LA CUESTIÓN MALVINAS:
Todos los Gobiernos argentinos, legítimos -de uno u otro partido-, y aún los de facto, han reclamado pública y formalmente la devolución de las Islas Malvinas por parte del Reino Unido.
La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (Brexit), no es un dato menor, pues plantea un nuevo escenario diplomático. Sin las obligaciones que implicaban la pertenencia al bloque, las demás naciones europeas recuperan su autonomía para posicionarse frente a la controversia por el archipiélago. España mantiene  un viejo reclamo territorial por el Peñón de Gibraltar.

Hoy, el 70 % del producto bruto interno de las Islas Malvinas depende de su acceso al mercado de la Unión Europea; de allí que en ocasión del referéndum del 2016 la Delegada del Gobierno de ese territorio de ultramar en Londres, Sukey Elizabeth Cameron, advirtió que la salida de Gran Bretaña de la UE podría resultar catastrófico para la frágil economía de las Islas.

sábado, 18 de marzo de 2017

La Masonería en la “heráldica” nacional - ESCUDO NACIONAL ARGENTINO

Desde de la Primera Junta Gubernativa hasta el Segundo Triunvirato se había seguido usando el escudo de armas de la corona española, pues se mantenía la estrategia de “disfrazar” la insurgencia, de modo de deslegitimar toda posible reacción realista, evitando proclamar abiertamente la independencia, estrategia conocida como  “la máscara del Rey Don Fernando VII”.
El Escudo argentino, uno de los primeros en la ”heráldica” de las nuevas Naciones americanas, fue adoptado por la Asamblea General Constituyente y Soberana de las entonces Provincias Unidas del Río de la Plata, cuando por Decreto del 12 de marzo de 1813 -firmado por Hipólito Vieytes (masón), y Tomás Antonio Valle, secretario y presidente respectivamente-, dispusoque el Supremo Poder Ejecutivo use el mismo sello de este Cuerpo Soberano, con la sola diferencia de que la inscripción del Círculo sea la de Supremo Poder Ejecutivo de las Provincias Unidas del Río de la Plata”.
La Asamblea inició sus sesiones el 31-01-1813, y hay al menos dos documentos que prueban el uso del distintivo por la misma, ya con anterioridad al 12-03-1813, pues se conservan dos cartas de ciudadanía expedidas por aquélla el 22 de febrero en las que aparece por primera vez el escudo estampado en un sello de lacre. Una de ellas (que se encuentra guardada en el Museo Histórico Nacional) fue extendida a favor de don Antonio Olavarría, mientras que la otra fue otorgada al extranjero Don Francisco de Paula Saubidet. Ambas están firmadas por el general Alvear, presidente del Cuerpo, y por el secretario Vieytes.


La autoría del Escudo
Una de las primeras medidas de la Asamblea fue encomendar al diputado por la Provincia de San Luis, Agustín José Donado (masón), la confección de un sello nuevo, para legalizar los documentos emitidos por el cuerpo legislativo.
 No sabemos si fue el propio Donado el autor el diseño del escudo -pues era dibujante e imprentero-; o si fueron los artistas peruanos Isidro Antonio de Castro, o Juan de Dios Rivera. Lo que sí se sabe es que este último –Rivera-, confeccionó el cuño definitivo del sello, que devendría en nuestro Escudo Nacional, elaborado de plata y bronce; pues en el Archivo General de la Nación se ha encontrado un reclamo elevado por este artista al Gobierno, solicitando el pago de dos sellos por él confeccionados (uno para la Asamblea y otro para el Poder Ejecutivo del Estado); que le fueran encomendados por el diputado Donado.

Estilo Peruano
La autoría del sello podría corresponder al artista peruano Isidro Antonio de Castro. Consideremos que la Asamblea comenzó a sesionar el 31 de enero de 1813 y el primer registro del sello de ese cuerpo data del 22 de febrero de ese año. Tan exiguo lapso y la ausencia de actas de la Asamblea de donde surjan el debate, la encomienda y la aprobación del sello, permiten suponer que la iniciativa de un nuevo sello pudo haber sido del Primer Triunvirato (más específicamente, por el triunviro Bernardino Rivadavia), a Isidro Antonio de Castro, residente por ese entonces en Chile.
En agosto de 1812 Castro habría remitido a Rivadavia dos diseños. Estos bocetos se guardaron.  Encomendado por la Asamblea General Constituyente y Soberana, el Diputado Agustín José Donado podría haber accedido a los dibujos de Isidro Antonio de Castro, eligió uno de ellos, y se lo pasó a Juan de Dios Rivera, para que éste elaborara el cuño del sello, que efectivamente utilizó tiempo después la Asamblea. Lo cierto es que ninguno de los bocetos Isidro Antonio de Castro se ha conservado.
 Lo que sí es cierto, es que el autor del dibujo del futuro Escudo Nacional fue un artista con fuerte influencia peruana; como lo denota el sol marcadamente incaico que corona el sello y el gorro frigio que remata en una borla -característica de los pueblos que habitan el altiplano, que no se observa en los gorros frigios originarios o los que vemos en las obras de arte europeas. Tengamos presente que hay versiones que sostienen que en el diseño habría colaborado Bernardo de Monteagudo (masón); en tanto otras recuerdan que el propio Manuel Belgrano (también masón), habría prometido a Juan Bautista Condorcanqui Monzjarrás (Tusngasuca 1747 Buenos Aires 1827), descendiente del Inca, que en la heráldica de las Provincias Unidas habría algún símbolo incaico.

Manipulación del Escudo Patrio
Marcelo Valko, psicólogo de la UBA, investigador e historiador, sostiene que “Algunas de las pruebas que evidencian la intención de los revolucionarios de 1810 para integrarnos a la historia americana se encuentran invisibilizadas ante nuestros propios ojos por los ideólogos de la historia oficial, entre los que se destaca Mitre, que calificaba de ‘amalgama extravagante’ la asociación de las antiguas tradiciones indígenas y las nuevas aspiraciones de la independencia y libertad”.  Refiere con esto a la manipulación del Escudo de las provincias Unidas del Río de la Plata, cuyo gorro frigio originario llevaba una borla, tal cual se advierte tanto en la Bandera del Ejército del Norte como en la del Ejército de los Andes.
La enseña que Manuel Belgrano hace bendecir en la Iglesia Matriz de Jujuy por el Canónigo Juan Ignacio de Gorriti, y juran solemnemente luego las tropas, fue luego donada por el prócer al Cabildo de Jujuy, y se preserva como  Bandera Nacional de la Libertad Civil. SE verifica en ella la borla en el gorro frigio.
La Bandera del Ejército de los Andes fue bordada por las monjas del Monasterio de la Buena Enseñanza, María de los Remedios de Escalada y las damas patricias mendocinas, quienes donaron perlas, diamantes y otras piedras preciosas de sus joyas y lentejuelas de oro de sus abanicos. El 5 de enero de 1817 el General Don José de San Martín y sus soldados prestan juramento a dicho Pabellón, que se conserva en Mendoza y en el se observa el detalle del gorro frigio con la borla incaica.
El historiador, escritor y periodista Osvaldo Bayer afirma: “Qué espíritu profundo la de nuestros patriotas de Mayo. Querían amalgamar los ideales de la humanidad que luchaba en ese tiempo por la Igualdad en Libertad, con símbolos de la tierra americana. Y está allí, en el gorro frigio con la borla incaica. Un espíritu de fraternidad entre los pueblos originarios y los que eran ya hijos de los europeos venidos a estas tierras. Los ideales de una humanidad fraterna pero también con los rastros de las culturas autóctonas.”
El gorro frigio es un símbolo de larga tradición, que encuentra su origen en el que usaban los libertos de la Roma imperial. La borla fue una estilización al uso de los hombres de las naciones andinas.
El Decreto Ley Nº 10.302 del 24-04-1944 del Presidente de facto Edelmiro Julián Farrel, que define el uso y tratamiento de los símbolos patrios, expresa en uno de sus considerandos: “…Que al adoptarlo ahora como se encuentra diseñado en la documentación de la Asamblea, cree prudente el Poder Ejecutivo no entrar a considerar objeciones de carácter estético o de otras clases opuestas al Sello, y en especial a algunos de sus atributos, pues su reforma escapa a las facultades del Poder Ejecutivo, ya que son instituciones de carácter constitucional;…”, para concluir desconociendo el gorro frigio con borla incaica.
No debe extrañarnos tal concepción, valga como ejemplo de la europeización de sectores de la sociedad y del poder de la Argentina, lo acaecido en 1983 en ocasión del retorno a las instituciones democráticas. El bastón que como símbolo de mando se entregaba a los Presidentes argentinos era de estilo inglés, de caña de malaca con regatón y empuñadura de oro, y guardas de estilo neoclásico. Fue el platero criollo Juan Carlos Pallarol quien, requerido para la tarea de confección de un nuevo bastón para el Presidente electo, Dr. Don Raúl Ricardo Alfonsín, propuso un modelo americano, madera de urunday en vez de caña de malaca, y regatón y empuñadura de plata en vez de oro. En vez de guarda neoclásica, veinticuatro cardos que representaban a cada provincia, sumado a tres pimpollos sin florecer en alusión a las islas del Atlántico Sur (Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur). Solo un detalle de oro: el Escudo Nacional. Las autoridades del Gobierno de facto no aceptaron el diseño, por lo que se elaboraron dos bastones, uno tal cual lo exigían los militares, que el Presidente Alfonsín recibió en el acto de su investidura, y otro con el diseño criollo de pallarols, que fue el que luego utilizaría el líder radical durante su presidencia.



Juan de Dios Rivera
Juan de Dios Rivera nació en la ciudad imperial de Cusco, en el Virreinato del Perú, alrededor del año 1760. Fue hijo del español Alonso de Rivera y de la ñusta Juana de la Concha Túpac Amaru (ñustas eran las princesas del Imperio Incaico). Su nombre originario en quechua era Quipte Tito Ahpauti Concha Tupac Huáscar Inca. Esta posición convertía a Juan de Dios Rivera en primo de Túpac Amaru II, el último de los Incas, protagonista de la más importante sublevación aborigen independentista en la América hispana durante el siglo XVIII.
Al ser derrotado Túpac Amaru II en Tinta en 1781, ese mismo año, Rivera y su familia llegaron a la ciudad argentina de Córdoba, de ésta ciudad pasó a Luján. Aquí estuvo a punto de morir de fiebre, pero se salvó, por lo que sintió que estaba en deuda con la Virgen de Luján y decidió compensarla. Algunos años más tarde, ya instalado en Buenos Aires y casado con Mercedes Rondeau, realizó un grabado de Nuestra Señora del Luján en forma gratuita. El obispo porteño, Manuel Azamor, vio el negocio y mandó hacer miles de copias, aclarando que quienes las compraran recibirían 120 días de indulgencia, es decir cuatro meses de pecados perdonados. La ofrenda de Rivera terminó convirtiéndose en el mayor éxito de ventas de 1789.
Cuando tuvo que confeccionarse el sello del Real Consulado de Buenos Aires, donde Manuel Belgrano se desempeñaba como Secretario Perpetuo, se acudió a Rivera para elaborarlo; tarea que el “Inca” cumplió eficazmente. Este es el antecedente más importante, relacionado con la encomienda que posteriormente el Diputado por San Luis a la Asamblea del Año XIII, Donado, le haría. Rivera tenía experiencia en el diseño y confección de sellos oficiales. Es obra suya el único retrato fiel del rostro de Mariano Moreno por el cual sabemos qué aspecto físico tenía el prócer.

El Escudo Nacional encuentra su modelo en el sello
de un salvoconducto francés

Un investigador francés destacó la similitud de nuestro emblema con un salvoconducto usado por miembros de un club masónico revolucionario francés para acceder a la Asamblea Legislativa entre 1790 y 1793, en París.
La relación surgió en año 1987, cuando Francia se aprestaba a festejar el Bicentenario de la Revolución de 1789. El programa de festejos incluía un coloquio en la Universidad de la Sorbona, destinado a examinar la influencia de la Revolución sobre los movimientos independentistas en la América latina. El embajador argentino en París era por entonces Don Carlos Ortiz de Rozas, quien se ocupó de las investigaciones que permiten nueva luz sobre el origen de nuestro Escudo Nacional.
La similitud entre aquel sello galo y nuestro Escudo exime de mayor discusión. La  Directora del Departamento de Grabados y Fotografías de la Biblioteca Nacional de Francia, Laure Beaumont-Maillet, explicó al embajador Ortiz de Rozas que, a su entender, el movimiento del azul de la mitad superior del escudo se asemeja a pequeñas olas, por lo que podría indicar que los diputados que lo usaban como credencial para ingresar a la Asamblea Nacional provenían de una región marítima de Francia.

Las manos estrechadas
Las manos que se estrechan simbolizan el compromiso fraterno de los “pueblos de la ínclita unión”, al decir de Vicente López y Plantes (Himno Nacional Argentino). El modo en que se enlazan ambas manos guarda especial significancia para los miembros de la Orden masónica, exteriorizando la vinculación de la misma a la causa emancipadora. El símbolo puede verse también en el emblema usado por el club  masónico revolucionario francés para acceder a la Asamblea Legislativa entre 1790 y 1793.















martes, 7 de marzo de 2017

8 de Marzo - Día Internacional de la Mujer

Desde 1910, cada 8 de marzo se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. La fecha se habría instalado a partir de la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague.

No obstante el reconocimiento de la igualdad entre el hombre y la mujer que en la legislación y en la doctrina  de países como el nuestro se ha logrado, mucho es lo que resta por trabajar en pro de la misma.

La violencia de género es un tema acuciante, vergonzante, que señala la necesidad de modificar preceptos culturales. El Derecho Penal parece no ser eficiente, es necesario definir una política criminológica que, actuando, prevenga.


Desde la Masonería, nuestra adhesión a las luchas de y por las mujeres; madres, hermanas, esposas, hijas. Y nuestro especial saludo a las Queridas Hermanas de las  dos Logias femeninas del Valle de Salta, A.·.y R.·. L.·. Acacia Nº 4 y A.·.y R.·. L.·. Pachamama Nº 12.



Marie Curie

Ana Frank

Eva Duarte

Teresa de Calcuta

Golda Meir

Benazir Bhutto

Rigoberta Menchú

Malala Yousafzai

domingo, 5 de marzo de 2017

Tiempo de Cuaresma

PESAJ – PASCUA – SOLSTICIO DE INVIERNO

La Orden masónica impulsa el uso de la razón para buscar la Verdad y la Belleza. Por tal razón promueve el desarrollo de las ciencias, y se abstiene de todo dogma.
No obstante ello, por aquello de la imposibilidad de absolutos, comparte y hasta hace uso de conocimientos o tradiciones arraigadas en las mas variadas expresiones culturales y religiosas, esto se advierte con mucha claridad en el desarrollo de sus rituales. De tal modo, aquella diferencia aparentemente insalvable entre la razón y el dogma se desdibuja, permitiéndonos buscar puntos compatibles.
El Catolicismo se adentra en el tiempo de Cuaresma, tiempo de reflexión y maduración espiritual, y esto nos permite buscar puntos de contactos entre las religiones y la Hermandad Masónica.

PESAJ: Con el Pesaj el Pueblo hebreo rememora su salida de Egipto, hito que marca la conciencia de los descendientes de Jacob de su identidad, entendida en términos de nación libre y provista de una Ley. Es una festividad de siete días de duración, que se inicia el 15 de nisán (ocho días en los Países de la diáspora, a efectos de salvar cualquier error de cálculo, pues la festividad se establecía en referencia a la primavera – tiempo de maduración de los cultivos de cebada en Jerusalén). Nisán (marzo-abril en el calendario gregoriano), es el primer mes del año en el calendario hebreo bíblico, que comienza con el equinoccio de primavera y dura siempre 30 días.
El Pesaj rememora la liberación de la Nación Hebrea del yugo del Faraón, en  Egipto, y se inicia en la primera luna llena después del equinoccio vernal. Comienza con la cena de Séder, para la cual se sacrifica un macho de cordero o cabra sin manchas, previamente seleccionado, acompañándose con pan ázimo (matzá, pues la apresurada salida de Egipto no dio tiempo a levar los panes), y hierbas amargas remojadas en vinagre (recordando la tristeza de la esclavitud).
El Pesaj se cierra recordando el día en que el Mar Rojo se abrió para permitir el paso del Pueblo Judío, para cerrarse luego cubriendo al ejército del Faraón, concluyendo así definitivamente el tiempo de esclavitud. Día dedicado al reconocimiento y alabanza del Señor, liberador del Pueblo.
Éste año 2017 Pesaj comenzará en el atardecer del 10 de abril, para concluir el 18.

PACUA: Podríamos interpretar que, del mismo modo en que el Pueblo Judío festeja el Pesaj marcando el reconocimiento de su identidad como nación; la Pascua católica señala un nuevo inicio para el Pueblo de Dios (una identidad distinta).
El Pueblo Católico festeja la Semana Santa, conmemorando la Pasión de Jesucristo. Se inicia ésta el Domingo de Ramos, recordando el ingreso de Jesús a Jerusalén, montado humildemente sobe un asno. El Jueves Santo, primera noche de la “fiesta de los panes ázimos”, con la eucaristía (consagración del pan y del vino transmutando en el cuerpo y la sangre del Hijo de Dios),  se concreta un nuevo “Pacto”. Tras la crucifixión del Cordero el viernes, la Pascua  concluye con el Domingo de Resurrección (el triunfo de la Vida sobre la muerte), primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera.
Al igual que el Pesaj, la Pascua es un tiempo de introspección, días de reflexión.

SOLSTICIO DE INVIERNO: Lejos y ajena tanto al Pesaj como a la Pascua –liturgias plenas de historia, tradición y fe-, la Masonería celebra los solsticios. Fechas ésta destacadas por las mas antiguas y diversas culturas, cargadas de simbolismo y señaladas con un ritual específico, elementos éstos en que regocijan a la Orden, porque en ellos encuentra identidad.
Astronómicamente se explica al solsticio de invierno como el instante en que la posición del sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste (−23º 27’). Dependiendo de la correspondencia con el calendario, el evento del solsticio de invierno tiene lugar entre el 20 y el 23 de junio en nuestro hemisferio sur. En términos más simples, corresponde al día de menor duración del año, y por ende a la noche más larga, lo que marca el inicio del invierno.
La Masonería, en su sincretismo, toma la tradición de culturas ancestrales, verbigracia el culto al Dios Jano en Roma,  para celebrar esta fecha como tiempo de reflexión, propia del hombre que, sumido en la oscuridad, dispone su razón y su espíritu hacia la Luz. La noche da paso al día, el invierno a la primavera, la vida y la muerte se suceden posibilitando la constante regeneración. René Guenón nos señala que “…para el profano, la mayor luz se halla en el mediodía o en el solsticio de verano…, para el iniciado, La Gran Luz la encuentra en el solsticio de invierno, pues en su búsqueda interna se ha dirigido hacia el conocimiento del sol de medianoche.”.
Las naciones andinas –precolombinas-, también confieren una significación especial al solsticio de invierno. Según ellas, las fuerzas espirituales y físicas se concentran para emerger en los meses siguientes, floreciendo a la vida. Se potencian las cualidades del espíritu, abriendo la conexión interna a una mayor fluidez con la fuente de la consciencia. Si podemos alinearnos con estas coordenadas cósmicas, nuestras oraciones, pedidos y rogativas son escuchados por el Universo y precipitados sin obstáculos. La mente, armonizada con el cosmos, sincroniza nuestra energía consiguiendo un equilibrio con la vibración del resto del Universo.

No podemos soslayar la conmemoración católica de San Juan Bautista, el 24 de junio, noche para encender fogatas y congregarse en derredor. Del Bautista dijo Jesús:  “Juan era la lámpara que arde y resplandece, y ustedes han querido gozar un instante de su luz.” (Juan 5:35). Cabe aclarar aquí que las Logias masónicas se reconocen en sus tres primero grados como Logias de San Juan, pero no identificadas con el Bautista o el Evangelista, sino con San Juan el Limosnero o San Juan de Jerusalén.
El solsticio de invierno es una fecha en la cual nos disponemos espiritual y psíquicamente para regresar a la Luz de la cual nos percibimos tan distantes.

Las diferencias nos enriquecen, las coincidencias nos unen.